Pienso en mí, interminablemente en mí. No puedes ser una respuesta para mí.
Pienso en mí...
No creo en ti, inagotablemente en ti... Como tú, que desconfiaste de mi saber.
No creo en ti, sólo por ti...
Imaginarme, a tu lado, todo amanecer, me hace rodar mil lágrimas sobre tu ser...
Descreo en ti...
No estoy por ti, desesperadamente por ti, y, hasta hoy, he aguantado sin confesar: no estoy por ti, sólo por ti.
Y despertar, a tu lado, cada amanecer, da que pensar mil veces en tu miel...
No creo en ti.
Descreo en ti.
Sólo por ti...
- - -
El gatuperio rodiniano
* * *
Sí, se lo he robado a estos señores...
Con su permiso, maestros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario