martes, 18 de agosto de 2009

La campana

Esta es la campana que mata mis tardes de agosto.


Desde su campanario, con la precisión del que no tiene corazón, habla inexorable palabras cortas y profundas que describen un tiempo que no va a volver y que no hemos vivido lo suficiente.

Esta tarde angosta, de sol pegajoso y aire esquivo no va a tener más piedad que otras tardes, ni menos...

Algunos atardeceres, de puro rojo, casi me convencen de que las toca un demonio con cuerpo de sacristán...

- - -

El gatuperio impaciente

No hay comentarios:

Publicar un comentario