jueves, 6 de marzo de 2008

No me tientes...

Ya sabes que con un horizonte despejado soy capaz de resistirlo todo menos tu tentación.

No pejes nada pues. Ni cuchillos, ni sogas ni grilletes. Sólo soy prisionero de tu deseo.

No me tientes, por favor.

Si abres alguna puerta piensa que por allí puede escaparse tu deseo, y deberé seguirlo hasta la extenuación.

Donde quiera que vaya, allí iré...

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El gatuperio tentado

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