lunes, 17 de marzo de 2008

Helix

Cuando el caracol llegó a la cima, pudo contemplar como en lo alto otro caracol se le había adelantado.

Triste, pensó que le sería más duro el camino de vuelta, e inició el descenso. Atravesó otra vez las curvas lastimeras del camino...

Y, atraído por el rumor cansino de las olas, llegó a la playa tras desdeñar los remansos de los arroyos y el canto de las fuentes...

Temoso, se sumergió en el agua hasta que resultó caracola. Entonces, aprendida la letanía, ya no dejó de saberse triunfador...

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El gatuperio aspersa

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