Llevaba un tiempo queriendo enamorarme de alguien cuya existencia se presumía imposible, pero esa era una mentira que no tardó en saberse cuando apareció ella. Entonces todos me señalaron con el dedo de la obligación y el deber. Estúpidamente me fijé en el dedo y no en la dirección que apuntaba, por culpa de un amor propio que se desbordó como un río tras una tromba.
Hasta en eso soy así. Y en esas estamos.
- - -
El gatuperio erio
Hasta en eso soy así. Y en esas estamos.
- - -
El gatuperio erio
No hay comentarios:
Publicar un comentario