sábado, 9 de agosto de 2008

Voy a ser yo quien te lo diga

Lo siento, pero voy a ser yo quien te lo diga: vives presa de tus sentimientos. Y cada vez que los niegas se construye en torno a tu celda otro patio y otro muro, con sus alambradas, sus torres de vigilancia y sus alarmas.

Y los barrotes del ventanuco son cada vez más gruesos también. Llegará un momento en que no dejarán pasar la luz del sol... Pero eso te da igual, porque entonces, de tanto desearla sobre ti ya no hara falta que la veas, con imaginarla te bastará.

Pero eso no va a solucionar lo de los muros. Y por mucho que los pintes de tristeza seguiré enjaulado entre tus huesos. Hay que ser un héroe para cambiarle a Neruda un jodido por un derrotado estando de camino con la boca amarga. Eso mismo te haré yo, te vendré y no te podré porque con tanto muro con alambrada y tanto patio infinito que atravesar no te me dejarás llegar nunca...

Si quieres ser libre, rompe los muros que tú misma levantas para protegerte...

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El gatuperio con una lima dentro de la barra de pan

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Maldito alambre de espino

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