viernes, 22 de agosto de 2008

Música

Últimamente pienso mucho en tus dedos de violonchelista acariciando la cuerda de mi espalda, y en el tambor de tu vientre y su rumor lejano de tribu indígena, y en tus labios de flautista susurrándome al cuello una canción de amor que no he vuelto a escuchar en ninguna otra sala de conciertos...

Bueno, tampoco es que vaya a ninguna.

Por eso al final acabo pensando en tu lengua de organista mayor tocando estos mismos dientes que ahora muerden el vacío...

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El gatuperio melómano

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