Bastará decir que soy el Gatuperio Ataraxico, el liante que no mató a nadie, pero que descubrió que su túnel no era como el de Juan Pablo, que decía que, en todo caso, había un solo túnel, oscuro y solitario, el suyo...
Pues no, pintor, hay alguno más. De momento, la diferencia reside en que en mi túnel hay galerías por las que sé que a la puesta de sol entra gente por las aspilleras... Pero sólo las puedo ver a lo lejos, porque al acercarme, invariablemente, han huido por el ojo del techo...
Pues no, pintor, hay alguno más. De momento, la diferencia reside en que en mi túnel hay galerías por las que sé que a la puesta de sol entra gente por las aspilleras... Pero sólo las puedo ver a lo lejos, porque al acercarme, invariablemente, han huido por el ojo del techo...

A ratos pienso que sólo entran para salir divididos en octavos, y me quedo horas con el cuello torcido esperando ver alguno por ese trozo de cielo, cruzando como si fuera una estrella fugaz...
Y sólo lo dejo cuando me doy cuenta de que no tengo la seguridad de que eso sea la salida de nada, de que no sé si es el cielo porque estaba cegado por el amor cuando lo toqué...
Y me alejo pensando en si hay otra forma de tocarlo...
A ver si me presentan una María y no la mato.
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El gatuperio sabatino
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