No, no te perdono. No podré hacerlo hasta que en tu devenir sean tenidas en cuenta otras personas.
Fíjate en que no personalizo nada; me da igual arar para otros trigos, lo que quiero es que puedan crecer.
Me da igual que otros te cosechen, trillen, avienten y muelan mientras alguien pueda amasarte y comer de tu entraña.
No, no perdono que sólo pienses en ti y no en el mal que me provocas. Tu alivio de un segundo es mi tortura infinita...
Sentado en el potro uno no puede perdonarse ni a sí mismo.
¡Arre!
- - -
El gatuperio pentido.
Fíjate en que no personalizo nada; me da igual arar para otros trigos, lo que quiero es que puedan crecer.
Me da igual que otros te cosechen, trillen, avienten y muelan mientras alguien pueda amasarte y comer de tu entraña.
No, no perdono que sólo pienses en ti y no en el mal que me provocas. Tu alivio de un segundo es mi tortura infinita...
Sentado en el potro uno no puede perdonarse ni a sí mismo.
¡Arre!
- - -
El gatuperio pentido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario