Sé lo que sé porque cuando lo sé, lo sé. Y sé lo que no sé porque cuando no lo sé, también lo sé. Así que lo sé todo porque en cualquier caso lo sé.
A modo de ejemplo puedo afirmar que sé que ya tengo cavado el hoyo de mi memoria, y que en él se puede prever una hornacina para la ceniza de tu compañía, aunque sea una decisión que no hayas tomado todavía.
De la misma manera, puedo afirmar que no sé en qué momento me honrarás con tu presencia bajo la sábana de la pasión, ni si llegarás a hacerlo jamás. Y sé que eso me carcome, me pudre y me descarna hasta dejarme en el puro hueso de la palabra deseo.
Y ahora me doy cuenta de que también sé que saberlo todo mata tanto como no saber nada.
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El gatuperio vocinglero
A modo de ejemplo puedo afirmar que sé que ya tengo cavado el hoyo de mi memoria, y que en él se puede prever una hornacina para la ceniza de tu compañía, aunque sea una decisión que no hayas tomado todavía.
De la misma manera, puedo afirmar que no sé en qué momento me honrarás con tu presencia bajo la sábana de la pasión, ni si llegarás a hacerlo jamás. Y sé que eso me carcome, me pudre y me descarna hasta dejarme en el puro hueso de la palabra deseo.
Y ahora me doy cuenta de que también sé que saberlo todo mata tanto como no saber nada.
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El gatuperio vocinglero
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