Este gatuperio suele coger el autobús para volver a casa y se entretiene pensando en si Dios puede ser uno de sus compañeros de trayecto.
A días cree saber que no es ninguno de ellos, pero a veces sabe que se sienta allí, unos asientos por delante. Y nunca es igual. Puede ser cualquiera...
Y el gatuperio sabe que es él porque en un momento dado cruzan la mirada y en sus ojos puede ver que toda su angustia es finita y que su desazón finalizará suavemente como una playa...
Y entonces se olvida de bajar en su parada y agota las estaciones del trayecto pensando en cómo será un chapuzón allí.
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El gatuperio oscitante
A días cree saber que no es ninguno de ellos, pero a veces sabe que se sienta allí, unos asientos por delante. Y nunca es igual. Puede ser cualquiera...
Y el gatuperio sabe que es él porque en un momento dado cruzan la mirada y en sus ojos puede ver que toda su angustia es finita y que su desazón finalizará suavemente como una playa...
Y entonces se olvida de bajar en su parada y agota las estaciones del trayecto pensando en cómo será un chapuzón allí.
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El gatuperio oscitante
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