sábado, 31 de enero de 2009

Tres opiniones

¿Qué buscas bajo mis sábanas? Sabes que no hay nada que no te haya dado todavía, pero aun así, lo quieres todo.

Uno podría pensar que lo haces porque tienes miedo de que no te quiera dar ya nada; pero otro objetaría que entonces sería más sencillo no dejar que llegaras ni a la habitación.

Un tercero es partidario de dejarte recorrer todos los caminos para que seas capaz de decidir por cuáles puedes pasar y por cuáles no, en qué ventas hay gigantes y en qué ventas, odres, y tras qué curvas es mejor apretar el paso para que la luz del anochecer no te tinte la sombra de tristeza...

Al final este gatuperio está convencido de que los tres encontrarán su camino vayan por donde vayan.

- - -

El gatuperio liberal

martes, 27 de enero de 2009

Tres flemas

Flema CCCVXIII

Tus derivas se resumen en ponerle nombre a las cosas, colorear los sentimientos, mirar hacia el oeste, correr tras el arco iris y soplar a barlovento. Y en ninguna ocasión dejo de aviarte, cada vez dispones de buena mar en mis caladeros y faenas tranquila. Pero que duermas el sueño de la razón y me produzcas no implica que siempre esté dispuesto a abrazarte.

* * *
Flema CCCVXII

Esta red que nos atrapó está entretejida de dias y noches y se agranda y aumenta con la memoria. Cada cosa que recuerdas se anuda a las anteriores y forma nuevos nudos de referencia de los que no es posible saber el camino correcto. A veces, por un puro azar afortunado, tomas vías que te alejan de ellos y caes en los agujeros del olvido.

* * *
Flema CCCVXI

Me parece que sueñas cuando entre tus dedos llora el viento porque se le atasca la cola entre los dientes y cree que le vas a morder. No despiertas, no despiertas y el viento llora porque no le dejas ir; aunque no sea nada, es libre, y no quiere pudrirse junto a ti. Sueñas, pero las pesadillas son mías.

- - -

El gatuperio expectorante

martes, 20 de enero de 2009

Saber

Sé lo que sé porque cuando lo sé, lo sé. Y sé lo que no sé porque cuando no lo sé, también lo sé. Así que lo sé todo porque en cualquier caso lo sé.

A modo de ejemplo puedo afirmar que sé que ya tengo cavado el hoyo de mi memoria, y que en él se puede prever una hornacina para la ceniza de tu compañía, aunque sea una decisión que no hayas tomado todavía.

De la misma manera, puedo afirmar que no sé en qué momento me honrarás con tu presencia bajo la sábana de la pasión, ni si llegarás a hacerlo jamás. Y sé que eso me carcome, me pudre y me descarna hasta dejarme en el puro hueso de la palabra deseo.

Y ahora me doy cuenta de que también sé que saberlo todo mata tanto como no saber nada.

- - -

El gatuperio vocinglero

sábado, 17 de enero de 2009

Éloquehai

No quiero aceptar que puedo aceptar lo que quiero. En eso tienes razón cuando te preguntas si es complicado ser como soy.

Más allá de cualquier otra reflexión seguro que se está mejor, y que las noches son luminosas, pródigas en canallas, risas y licores, alargándose hasta maitines enroscadas en conversaciones metafísicas.

Y seguro que en ellas tendría mi espacio acotado fácilmente, porque sé que tengo en la palabra y en el trato un arsenal infinito con el que puedo ganar cualquier guerra.

Sí, seguro. Pero mi natural irresoluto titubea y me tutea el destino...

Y claro, no hay quien se decida.

- - -

El gatuperio gangante

martes, 13 de enero de 2009

Compañeros de viaje

Este gatuperio suele coger el autobús para volver a casa y se entretiene pensando en si Dios puede ser uno de sus compañeros de trayecto.

A días cree saber que no es ninguno de ellos, pero a veces sabe que se sienta allí, unos asientos por delante. Y nunca es igual. Puede ser cualquiera...

Y el gatuperio sabe que es él porque en un momento dado cruzan la mirada y en sus ojos puede ver que toda su angustia es finita y que su desazón finalizará suavemente como una playa...

Y entonces se olvida de bajar en su parada y agota las estaciones del trayecto pensando en cómo será un chapuzón allí.

- - -

El gatuperio oscitante

domingo, 11 de enero de 2009

Aditamento, adverbio y cuestiones conexas

Funcionemos estructurando...

Aditamento
No considero que tenga aditamento. Y, si lo tuviera, su elisión no modificaría mi sustancia de contenido. Cumpliría con la premisa de movilidad e incluso podría desempeñarse como circunstante de oración y no sucedería nada. Posiblemente todo esto sea debido a fenómenos paralelos a la tematización.

Adverbio
El deseo es adverbial, cuando deja de ser deseo es ya obra, por eso mejor desear que obrar. Otra cosa es la presentabilidad o impresentabilidad del deseo, la propiedad del adverbio que se define así: el modo por el que se apuesta cuando se mantiene una relación sin estar sometido a perturbaciones externas. Yo siempre fui un perturbado, ¿a qué extrañarse si consecuentemente soy también un impresentable?

Cuestiones conexas
Pues sepa vuesa merced que la cuestión fundamental es que a mí me dio por escribir tonterías en el cuaderno de bitácora de un velero que no se hizo nunca a la mar. Las otras, las conexas, derivan todas de llorar fingiendo ser otro.

- - -

El gatuperio sin suplemento

martes, 6 de enero de 2009

No me habéis dejado nada

Porque os lo pedí todo.

Y es que todo lo que os pedí, para vosotros no era nada, pero a lo mejor considerasteis que para mí era demasiado. Otro podría creer que si no era mucho era más bien poco, y que al menos algo os deberíais haber estirado...

En fin, puesto que al menos no me habéis quitado nada, porque por otra parte tampoco tengo nada, quiero que sepáis que yo sí os lo brindo todo. Y que os agradezco el desvelo.

- - -

El gatuperio ilusionado

viernes, 2 de enero de 2009

De la creación

La creación, entendida como acto creativo puro y lo que produce, no es un estado consciente del gatuperio, es un padecer transitorio de no más secuela que su propia acción. Pero qué secuela.

Me explico; últimamente, crear ya no conlleva la resaca de la mañana de alcoholes ni el sueño del anochecer en la obra, porque incluso en estos extremos hay diferencia entre lo hecho y su repercusión posterior y la propia consecuencia del hacer (ponga usted la coma donde le venga en gana). Ahora crear no es un hacer ni un obrar, es algo tangible y demostrable en la medida en que es, y aunque sí puede decirse que el acto en sí puede tener un desencadenante, cabe no olvidar que puede ser lo mismo que para una mecha un fósforo.

Del crear hay que desgajar la creación: la creación no es un estado propicio a crear, crear es una acción propicia a un estado de creación, por ello mismo no se da la creación sin el crear, y por ello no hay una secuela secuenciable, que pueda constituirse de suyo en narrativa, sin filiaciones. Así pues, es posible la inducción de un pensamiento en el que se aplique a la creación la definición propia de un estado desdoblado del ser creador, en el cual la relación doble y bilateral entre estado normal y estado creador venga dada no por la realidad de un cierto desdoblamiento, sino por la relación entre conciencia normal y sustancia creada (entendiendo por sustancia el producto del estado creador) .

En el momento en que uno ya puede colocarse frente al gatuperio y se observa en plena creación, puede afirmar que ha accedido al estado necesario para crear y que se dé la creación, y entonces también puede observar cómo es un estado que produce adicción per se, entendida cómo estado de abstinencia entre creación y creación, y, sí, es cierto que se puede dar en mayor medida de lo previsto. Podemos entender esto último si consideramos que la creación obedece, se motiva y responde a una necesidad de expresión del espíritu que no halla en cauces habituales un lugar en el que plenamente realizarse.

Y por ello robo, y muto y canibalizo. Perdonen entonces la falta de originalidad de algunos de mis últimos escritos y pasen a considerarlos como la dosis desesperada del yonqui...

O no la perdonen. A mí, realmente me da igual.

- - -

El gatuperio cabalgante

jueves, 1 de enero de 2009

El espejo del comedor

Esta mañana el espejo del comedor no me ha devuelto mi reflejo, se ha reído de mí y me ha enseñado cómo fue mi velatorio. Al verme vestido negro me he extrañado, luego me he dado cuenta de que me acompañaban mi esposa y mis hijos.

Curioso para un abandonado como yo: ella se fue y a ellos no se les preguntó si querían ser nacidos. De hecho hasta dudo de si a ella se le preguntó si quería ser desposada. A lo mejor se lo preguntó ella y aún anda buscando la respuesta. Llora como no lloró el día que se fue. Mis hijos me susurran al oído por qué no fueron nacidos y yo sólo puedo pensar que se lo pregunten a su madre. Alguien ha abierto una botella de coñac y corre de mano en mano. Los hay que beben a la salud del muerto, los hay que beben a su salud y los hay que ni siquiera beben porque les basta con mojarse los labios...

Y todo ha durado nada y en un momento me vuelvo a ver: camisa, corbata, americana. Con la misma mirada estúpida de cada día tras la misma coraza engreída de los que nos creemos superiores sin serlo.

Uno no puede vivir siempre de espaldas a la realidad que se ha creado, por mucho que quiera que sea la que los demás perciban. Uno no puede huir siempre porque no se puede huir de uno mismo. Uno no puede siempre querer ser siempre lo que quiere ser porque una mañana cualquiera se mirará al espejo del comedor y este le recordará que no es más que lo que es...

- - -

El gatuperio desazogado