lunes, 1 de diciembre de 2008

Isofenia

Tiene infinitos caminos. Y todos llevan al mismo lugar, otro camino. Están indicados por avisos claros e inequívocos, perderse es imposible. He podido ir hasta más allá de los primeros recodos de algunos mientras ya me recorría otros, y he visto como serpentean a lo largo de esa espalda dulce y melosa y pierden su nombre más allá del horizonte.

Habrá de irse tirando un mapa isofeno y procurar que tanta sinuosidad se represente como es y no como se imagina, aunque si digo la verdad, estoy seguro de que coincide con la geografía básica que he observado en sus besos.

Y en ello estoy, en interpretar lo que sucede en cada pliegue del plano al tacto de la yema de mis caricias.

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El gatuperio tonográfico

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