No es que el gatuperio no tenga nada que decir, es que no hay quien.
—¿Y no será que no tiene a nadie?
—No, si no tuviera a nadie, habría quien. Pero no hay nadie que sea quien...
—¿Y si llega a haber alguien?
—Entonces será porque todavía no le ha dicho nada...
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El gatuperio solstático
domingo, 21 de diciembre de 2014
martes, 30 de septiembre de 2014
Insomnio primero
Agripne, el gatuperio se ronda a sí mismo...
La noche es noche, la luna, luna, y los sueños, soledades. Tan huérfanos son que truenan. De pura repetición, una letanía sosiega la tormenta: «Princesa, devuélveme todo el sueño que me quitas, en anhelos mismo, y que la fantasía sea cierta y suceda a la angustia».
La noche es noche, la luna, luna, y los sueños, soledades. Tan huérfanos son que truenan. De pura repetición, una letanía sosiega la tormenta: «Princesa, devuélveme todo el sueño que me quitas, en anhelos mismo, y que la fantasía sea cierta y suceda a la angustia».
—Entonces ya no seré real...
—Ahora ya no lo eres.
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El gatuperio ocno
miércoles, 3 de septiembre de 2014
Retorres
Corazón, lo que tiene ser la princesa de la torre es que por fuerza encuentras fantasmas en los corredores e inocentes en las mazmorras.
—Pues tendré que conseguir las llaves de las mazmorras y atravesar los corredores.
—¿Para?
—Para liberarlos.
—¿Y quién te dice que eres princesa? Serás inocente...
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El gatuperio hachón
viernes, 8 de agosto de 2014
Romanencia segunda
Bien mirado, todo está al fondo, parajes o paraderos, tras la curva...
—Otra cosa es que uno llegue algún día hasta allí y vuelva para contarlo.
—Ese es el miedo.
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El gatuperio errante
lunes, 4 de agosto de 2014
Tientos
Agosto llega con las medias verdades convertidas en certezas. Y duele. Das un tiento.
Duele mucho aceptar que contemplas esa luna solo, que cuando se te acaben los dedos de las manos no podrás seguir contando estrellas... Que al mirarla a los ojos ya no habrá deseos y sí miradas hacia otros.
Eso. Empiezas a buscar.
Duele agosto cargado de otros. Y de otras que son otras pero que al final siempre son la misma: te mira, te sonríe, deja que te le acerques y luego te olvida porque tú ya la estás olvidando al ahogarte en alcohol. Y se va, sin que puedas hacer nada, con otro...
Y sigues buscando, irremediablemente, a otra. Y vuelta a empezar hasta que ahíto de alcoholes te sacía cualquier bordillo mientras empiezas a dormirte...
Entonces sí, otra ya es ella, aunque sea un sueño y sepas perfectamente que te vas a despertar preguntándote dónde está y qué hace...
Y en eso estás, en decidir si bebes para perderla y volver a soñar con ella o en darte la vuelta y seguir soñando con ella para no encontrarla jamás...
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El gatuperio harto
domingo, 29 de junio de 2014
Aún
Lo reconozco: pese a todo pensé que sería maravilloso. Y no lo fue. ¿Por qué tengo ahora pues que pensar que lo que iba a ser ya no es si realmente sigue siendo lo que iba a ser?
Déjame que te mire como lo que hubieras sido y no como lo que eres. ¿Quién sabe si con todo lo serás?
—¿Todavía?
—Sí, aún.
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El gatuperio proverbial
Déjame que te mire como lo que hubieras sido y no como lo que eres. ¿Quién sabe si con todo lo serás?
—¿Todavía?
—Sí, aún.
---
El gatuperio proverbial
miércoles, 18 de junio de 2014
Segazón
Al final del camino, te das cuenta de repente: no hubo abril. Es ahora que el día se estira hasta la agonía del solsticio que se echa en falta.
Tres voces te conminan a soltar la hoz:
—Déjalo, no segarás en tanto no tengas abril, y eso no sucederá en tanto te tutele la razón...
—Y La razón te tutelará hasta que aprendas a dejarte querer.
—Será que el crepúsculo borró las estatuas más allá de donde te has alejado...
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El gatuperio maltés
domingo, 18 de mayo de 2014
Romanencias
Permiso, el gatuperio se sabe exento y suelto, pero se resiste al despojo de la correa; aunque manumiso, el gatuperio se sabe errado, pero errante a veces coincide con otros errados y otros otros errantes también. Pese a todo, preciso, el gatuperio es consciente, según sea la compañía, correcto o atesto, de los caminos de erradura por que manece y resta.
Y en ello está la gracia: calzarse o no de haches, cruzarse o descruzarse, callar o callar...
Y cada cosa en su momento justo.
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El gatuperio ferrado
domingo, 30 de marzo de 2014
nuevedejuniodemilnovecientosesentayseis
Una mañana de domingo lluvioso recuerdas un miércoles cualquiera y un poema...
Y el disco que sonaba, finaliza... Y sobreviene un silencio sucio.
[...]
—No es por ese nada, pero sigues igual de solo.
—O peor...
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El gatuperio memoroso
IIXIIXII
Ya no vale acordarse
del camino que tomaste
para llegar hasta aquí,
del color del cielo
antes de que te anocheciera,
de las manos que te acariciaron
mientras ibas partiendo,
de las lágrimas que inundaron
las calles de mis pasos.
No vale. Es querer abarcar nada.
Y el disco que sonaba, finaliza... Y sobreviene un silencio sucio.
[...]
—No es por ese nada, pero sigues igual de solo.
—O peor...
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El gatuperio memoroso
jueves, 20 de marzo de 2014
Sacio
Fiera atalayada, lo que corroe al gatuperio no es una herida o una llaga, ni siquiera es una estría. No será cicatriz, por supuesto, pero empieza a ser otro camino espirado que nadie querrá recorrer tras descubrirlo entre las sábanas.
Fiera que no sabe qué acecha pese a acechar satisfecha, con su presa caliente todavía. Desencadenada y sin collar, no acaba de escapar ni de irse lejos.
—¿Lejos de qué?
—Lejos de sí.
Habrá que volver a sembrar baobabs...
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El gatuperio renuente
Fiera que no sabe qué acecha pese a acechar satisfecha, con su presa caliente todavía. Desencadenada y sin collar, no acaba de escapar ni de irse lejos.
—¿Lejos de qué?
—Lejos de sí.
Habrá que volver a sembrar baobabs...
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El gatuperio renuente
jueves, 27 de febrero de 2014
Norancias
Es sencillo: no decir nada. Enmudece y límitate a sobrevivir.
Lo que no sabes tú que no lo sepan otros.
Lo que no sabes tú que no lo sepan otros.
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El gatuperio silente
lunes, 13 de enero de 2014
Retractatus
Ya no temo despertar los domingos en una casa vacía, ni aunque sea la mía. Tampoco temo acostarme sin que me den las buenas noches, aunque esa no haya sido nunca una de mis obsesiones...
Ni tan solo soñar que duermo acompañado es motivo ya de desayunos melancólicos y silencios para conmigo mismo.
Ni tan solo soñar que duermo acompañado es motivo ya de desayunos melancólicos y silencios para conmigo mismo.
Y no es que ahora pueda hacer frente a todo ello, es que, simplemente, me da igual. Últimamente, ahora, otras cosas me preocupan más, pero no sé qué son todavía, sólo puedo sentirlas: duelen. Aunque no pueda nombrarlas resuenan, y su eco me atormenta y me quita las ganas de decir nada, a pesar de que nada diga.
Habrá que ir añadiendo un punto sétimoprimero.
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El gatuperio carente
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