miércoles, 28 de octubre de 2009

Zapatos de plomo

No, no renuncio a enamorarme de ti. Esos zapatos de plomo que te has puesto para el camino no van a impedírmelo.

Ya puedes demorarte y coger las curvas lo más abiertas posible; ser previsora y hacer noche aunque no hayas caminado ni hasta mediodía; aprovechar las sombras y las piedras que haya al paso; aprovisionarte aunque lleves las faltriqueras a rebosar...

Ya puedes hacer lo que quieras, que yo haré lo que me parezca.

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Una de las intenciones del gatuperio

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