El gatuperio descubre que le gusta que le abracen y que le quieran mientras sueña.
Y lo descubre tras haberlo cubierto...
[...]
—¿Y qué hiciste durante todo ese tras? —pregunta en un susurro una voz traída por el levante.
—Pues, posiblemente, no pedir nada a cambio. O no soñar.
—Tontito —responde la voz mientras se le acerca bajo la sábana—. Ven que te abrace un ratito más...
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Lo que le encanta al gatuperio
Y lo descubre tras haberlo cubierto...
[...]
—¿Y qué hiciste durante todo ese tras? —pregunta en un susurro una voz traída por el levante.
—Pues, posiblemente, no pedir nada a cambio. O no soñar.
—Tontito —responde la voz mientras se le acerca bajo la sábana—. Ven que te abrace un ratito más...
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Lo que le encanta al gatuperio
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