Amén de declararse melibeo, cuando uno tiene un capricho debe dejarse de axiomas y paradigmas, empezar a defender a las sirenas y luchar consigo mismo... Porque encapricharse tiene sus dogmas, como que cada uno siente que el único aire posible proviene del otro o que algún adverbio es tan intenso como un remolino...
—No fue una fe, fue un amor. La afasia de Maverick apenelopa...
—No, no fue un amor, fue un capricho. Aunque no sepamos de quién...
- - -
El gatuperio desazonado
No hay comentarios:
Publicar un comentario