Ay, si toda la semana fuera mañana de domingo despertaría tranquilo como los paseos de las gaviotas en las orillas del invierno...
Y en tu sonrisa de buenos días no iban a faltar un beso, un cruasán ni un café con leche...
—¿Aunque eso fuera pasadas las dos?
—Aunque eso fuera nunca...
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El gatuperio perio
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