Hay un quien que no quiere nada. El otro quien lo quiere todo. Entremedio no hay camino, ni espacio posible con que graduar adecuadamente las apetencias.
Un quien besa con los ojos cerrados, sabedor del triunfo de sus labios; el otro, no los cierra, besa vigilante con el celo del policía que está atrapando al más buscado delincuente.
—¿Cómo sabes si cierro o no los ojos?
—En realidad, no lo sé...
Y los dos sobre las olas. Un quien no nada y se ahoga; el otro, todo y se desahoga.
Y en eso estamos.
- - -
El gatuperio a besos
Un quien besa con los ojos cerrados, sabedor del triunfo de sus labios; el otro, no los cierra, besa vigilante con el celo del policía que está atrapando al más buscado delincuente.
—¿Cómo sabes si cierro o no los ojos?
—En realidad, no lo sé...
Y los dos sobre las olas. Un quien no nada y se ahoga; el otro, todo y se desahoga.
Y en eso estamos.
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El gatuperio a besos
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