martes, 9 de septiembre de 2008

Formar sonidos en demostración de saña

—Sucede que temo la palabra.
—¿La dada?
—Y la tomada. Y la que le da la vuelta a las cosas y nos enseña su revés.
—Dirás *la que muestra las cosas tal y como las ven los demás*, ¿no?
—Los demás no, tú. Como tú las ves.
—No, los demás. No quieres otra cara de la realidad que no sea la tuya; que sea mía o de cualquier otro que no seas tú es irrelevante.
—Es la única que me sonríe...
—Pero para que te sonría regaña los dientes a otros.
—¡No! Me sonríe a mí y a los que están tras de mí.
—¡No hay nadie detrás de ti!
—Dije tras, no detrás...
—Y yo regañar y no llorar.

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El gatuperio desabrido

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