miércoles, 25 de junio de 2008

Prohibido

En estos textos no hay ninguna señal de prohibido, pero la recuerdo y la tengo presente porque a veces a uno no le queda otra que obedecerla y no adentrarse en según qué veredas.


Y así como confieso que alguna que otra vez escribiría contra dirección, confieso también que, las más, eso ha implicado no haber escrito nada.

En estas que me planteo si a la hora de leer, quienes me leen van contra dirección o no, si lo que he escrito se ha entendido como yo he querido decirlo; aunque realmente, eso ya no esté en mi mano, porque una vez leído ya no es mío.

Mario le recuerda a Pablo aquello de «la poesía no es de quién la escribe, sino de quien la necesita», y yo me pregunto quién decide quién está necesitado, y si de los que aquí leen hay alguno.

En todo caso, me alegra que alguien pueda seguir el camino de mi letra tomando caminos que yo mismo me he prohibido. Entonces, no lo están tanto....

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El gatuperio hibido

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