Consciente de su pasado, el gatuperio afronta el presente sin preocuparse del futuro.
Alguno dirá que no vale la pena contemplar la puesta de sol sin valorar la luz del mediodía ni la promesa del alba. Otros, que esa luz tardó en llegar desde allí hasta aquí y que más tardará en llegar allá.
Alguno dirá que no vale la pena contemplar la puesta de sol sin valorar la luz del mediodía ni la promesa del alba. Otros, que esa luz tardó en llegar desde allí hasta aquí y que más tardará en llegar allá.
Incluso habrá quien sentirá cierto vértigo al percibir el vacío anaranjado...
- - -
El gatuperio períclito