El uso del espacio define tanto a una persona como sus acciones o sus palabras. Incluso más que la aplicación que hace de los librepensamientos
primero y
segundo.
El uso del espacio se rige por la misma norma que equilibra derechos y deberes, sólo que su condición de medio de transmisión de la palabra permite un equilibro más laxo, casi libertino.
El uso del propio espacio es el botón que muestra lo que uno puede hacer con el de los demás si se le permite invadirlo.
Así pues, entiende de una vez que si me alejo de ti no es para que me persigas, siquiera con la intención de que la distancia no aumente y a lo menos se mantenga. Tampoco es para eches a correr en cualquier otra dirección ni para que te quedes inmóvil como un gato de porcelana...
Si me alejo de ti es para que no vuelvas a mentirme y a decirme que no hay problema en que cada uno tenga su corral mientras tus zorros me matan las gallinas...
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El gatuperio incomprendido