sábado, 28 de febrero de 2009

Las mujeres que no me gustan

Se me descubre una gran verdad: no me gustan las mujeres a las que gusto. No soy fan de ellas ni encuentro mucho aliciente en explorarlas.

¿Qué me sucede entonces? ¿Me gustan las mujeres a las que no gusto? ¿Me gustan las mujeres que no degusto? ¿Hay alguna posibilidad de que realmente me guste lo que no puedo conseguir para evitar llegar más allá del gusto? ¿Qué hay más allá del gusto? ¿Es posible volver de allí?

No, no me gustan esas mujeres.

¿Será porque les gusto? ¿Acaso la manera más facil de fintar a este gatuperio es mostrarle gusto e interés ?

Todas estas preguntas, y alguna que otra más que ahora no me viene, masturban mi existencia.

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El gatuperio tercioinquisidor

jueves, 26 de febrero de 2009

Turbión meridional

Su argavieso ha descargado en la llanura de mi sorpresa reproches y reproches de incoherencias y actos de omisión. Lo que no se hizo se ha convertido en un peligroso filo capaz de degollar hasta la más rastrera alimaña.

Pero claro, la sonrisa del pasmo ha dejado de pertener al pasmarote y el pasmarote se ha recuperado del pasmo cuando formulado el quiasmo de blasmo ha tenido un orgasmo al advertir el cleuasmo que implica tal sarcasmo y con entusiasmo se ha sumado a la producción de metaplasmo hasta llegar al propio pleonasmo del espasmo:

Yo te acuso de lo mismo que presumo y carezco de lo mismo que derrochas tú.

Y así, entre tú y yo, con el mismo camicace se ha derrotado y perdido en el mar del cilicio y el flagelo...

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El gatuperio tirabuzón

lunes, 23 de febrero de 2009

Entrampa del pellifino

Tiene la piel tan fina que al través pueden verse sus anhelos de paz, sus esperanzas de futuro y sus intenciones de veterano de mil guerras.

Tiene la piel tan fina que cualquiera diría que lo que le duele no son las jugadas de la vida ni los envites de los amigos, sino la lenta agonía del que se repite incesantemente que jamás debió confiar en sí mismo.

Tiene la piel tan fina que las puntadas que el olvido le dio en la herida todavía le tiran cuando está a punto de abrazarte.

Y entonces aprieta los dientes y entorna los ojos para que el dolor no le impida seguir queriéndote como lo que no eres, sabedor de que es peor la soledad que tu compañía.

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El gatuperio difidente

viernes, 20 de febrero de 2009

Fan

Estoy obligado a formar parte de mi club de fans. No es necesario que lo presida ni que tome parte en sus actividades a mayor gloria de mi gatuperiez. Tampoco quiero, pero me es básico declararme miembro de pleno derecho para poder gozar de coherencia a la hora de ser y actuar.

Otro pensará que bastaría con no unirse a un club contrario en caso de existir, que no es menester una militancia exprofesa y que basta con no ir por allí propugnando gustos.

Pero claro, para eso nos aplicamos el librepensamiento primero hasta más allá del undécimo punto del Manifiesto Futurista...

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El gatuperio hater

martes, 17 de febrero de 2009

al-kuhl

Alcohol en vena. Así, sin más. Una bajada al infierno del deseo: querías más y no podías parar. Más, y más y más y más...

La resaca se presenta brutal a su cita con el recuerdo. Te duele el hígado. Te duele muchísimo el hígado mientras descubres que en tu cuello algunas venas surcan los bajos fondos de tu garganta y que tu corazón se está empeñando en no dejar de acelerar jamás.

Te vas de la cama al sofá. Por el camino te emperras en palpar las paredes del pasillo; no, no te vas a caer, simplemente compruebas que siguen allí. El frío sofá te alivia unos segundos. Te bastan para jurarte que no vas a beber nunca más, ni siquiera agua, mientras tu moribundez empieza a remitir.

Entonces recuerdas todo aquello que no debiste decir.

Al rato todo se conjunta en una arcada de bellísima factura. Ha sido de digna admiración, mesurada en tempo y templada en ejecución. Es justo reconocer que el caudal podría haber sido más, pero ciertamente los tropezones tenían el tamaño preciso para no impedirlo y dar al conjunto del regúrgito la uniformidad necesaria para el ceremonial...

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El gatuperio alifático

lunes, 9 de febrero de 2009

Librepensamiento segundo

Todos son libres de hablar, pero en caso de hacerlo, nadie es libre de no escuchar. En todo caso valdría no prestar la atención necesaria como para darse cuenta de lo que se escuche.

Cabe la posibilidad de que quien hable no diga la verdad, o mienta, o acumule levedades; pero en tales casos, quien escuche, si realmente escuchare, podría no sentirlo como mentira o entenderlo como dogma, incluso no llegar a juzgarlo conveniente o tan sólo pensarlo un instante.

En ese último caso es preceptiva la consideración del librepensamiento primero.

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El gatuperio pro legislatrix

viernes, 6 de febrero de 2009

Librepensamiento primero

Nadie es libre de pensar. Todos debemos hacerlo. A lo mejor la gracia está en vivir de manera mecánica; si es así debería ir pensando en interiorizar más mi vida y aprendérmela bien de memoria, afinar sus engranajes y engrasar bien todos los rodamientos...

Y apretar los dientes, apretarlos bien para que nada se salga de madre cuando me dé cuenta de que al optar por despreocuparme te habré perdido toda preocupación...

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El gatuperio displazado