Nos cruzamos. Nos conocemos. Porque no le tocó otra en el reparto, me sorprende que no sonría...
—¿Por qué llevas esa cara tan larga?
—¿Yo? Por nada.
—¿Y nada merece que lleves esa cara tan larga?
—No, realmente nada merece que lleve esta cara tan larga.
—Sí, nada lo merece.
—A ver, lentamente que no entiendo nada.
—Por eso...
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El gatuperio cruel