Agripne, el gatuperio se ronda a sí mismo...
La noche es noche, la luna, luna, y los sueños, soledades. Tan huérfanos son que truenan. De pura repetición, una letanía sosiega la tormenta: «Princesa, devuélveme todo el sueño que me quitas, en anhelos mismo, y que la fantasía sea cierta y suceda a la angustia».
La noche es noche, la luna, luna, y los sueños, soledades. Tan huérfanos son que truenan. De pura repetición, una letanía sosiega la tormenta: «Princesa, devuélveme todo el sueño que me quitas, en anhelos mismo, y que la fantasía sea cierta y suceda a la angustia».
—Entonces ya no seré real...
—Ahora ya no lo eres.
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El gatuperio ocno