El gatuperio no se concibió, reflexivamente hablando, bidireccional. En todo caso, la vuelta podía ser un eco, perder por el camino alguna que otra unidad sintáctica o demostrar la vitalidad de plerematemas inviables.
Pero nunca creyó que necesitara contestarse a sí mismo con otras palabras que no fueran las suyas.
—Entonces, ¿el gatuperio es otro gatuperio?
—No sé, a lo mejor no quiere ser él mismo...
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El gatuperio exataráxico
Pero nunca creyó que necesitara contestarse a sí mismo con otras palabras que no fueran las suyas.
—Entonces, ¿el gatuperio es otro gatuperio?
—No sé, a lo mejor no quiere ser él mismo...
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El gatuperio exataráxico