miércoles, 27 de mayo de 2009

IIXIIXII

IIXIIXII

Ya no vale acordarse
del camino que tomaste
para llegar hasta aquí,
del color del cielo
antes de que te anocheciera,
de las manos que te acariciaron
mientras ibas partiendo,
de las lágrimas que inundaron
las calles de mis pasos.
No vale. Es querer abarcar nada.

* * *

El gatuperio ceptor

domingo, 10 de mayo de 2009

Metaficción

Un Cide Hamete Benegeli me ha escrito este correo electrónico:

      Distinguido señor Gatuperio,

      Tras haber leído muchos de sus escritos, deseo complacerle haciéndolo sabedor de un hecho particular. Anteayer, mientras conversaba tranquilamente con quien tal vez no debiera, enuncié esta teoría:

      La vida pone a todos y cada uno en su lugar. Tarde o temprano cada persona encuentra el final de su camino. Puede ser que alguna llegue a dar muchas vueltas, pero tan cierto es que llegará a su sitio como que algunos tomaron una línea recta que no abandonaron. Y si alguno llega a algún sitio y no es el que nos parece que le corresponde, es porque estamos equivocados y no hemos tenido en consideración de manera correcta la circunstancia que nos pone en relación con esa persona.

      Durante el silencio que poscedió me di cuenta de que había hablado como lo hubiera hecho el verdadero Gatuperio Ataráxico.

      Con estas letras espero simplemente hacerle llegar mi halago con una venia genuflexa en prueba de mi devoción.

Y yo le digo a este señor que no crea que me lo creo, que no por haberme tomado en serio alguna vez voy a creer que se halla en otro lugar.

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El gatuperio que sierva